sábado, 1 de noviembre de 2008

No cuentes conmigo



En nuestra agencia ya llevamos 14 años trabajando en el sector del Marketing Digital e Interactivo, un hecho que nos ha hecho testigos de todas las modas de Internet.

Una de los primeras de ellas fue el tema de los canales de push media de los noventa, seguido por lo que llamé en su momento portalitis, la obsesión desmesurada de jefes de Marketing de convertir su web en el portal de España.

Con el boom de 2000 vimos como los syndicated media se expandieron como la espuma. Junto a las promesas de WAP y del e-commerce de primera generación. Y entonces vino el CRASH.

El bajón hizo una gran limpieza en el sector. Los vendedores de humo no sobrevivieron; los soñadores sí.

Cuando hablo de soñadores, aquí me refiero a aquellos innovadores que sí vislumbraron oportunidades ignoradas por otras y – con perseverancia y trabajo duro – eran capaces de convertirlas en realidad.

Algunos de estos soñadores son los padres de maravillas como Skype. Google. Blogger. Google Earth. YouTube. Facebook. Y tantos nuevos inventos más.

Estas innovaciones son maravillosas y casi mágicas, porque se centran en el usuario y anticipan necesidades reales que tiene. El problema, sin embargo, viene cuando los inventos se convierten en modas.

Las modas se basan en la emulación de algo real, pero no lo son. Son la copia, no la esencia. Y, por lo tanto, son incapaces de cumplir con la promesa inherente en la innovación original que inspiró la moda. Es más: puede dañar incluso la relación entre una Marca y su consumidor.
El ejemplo más actual se ve en el mal uso y falta de entendimiento en torno al concepto de “Web 2.0”, “redes sociales” y “Marketing Viral”. Sin lugar a dudas, el empowerment del usuario mediante nuevas herramientas de Internet ha cambiado la Red y el Marketing para siempre. Desgraciadamente, muchos en Publicidad y Marketing no hemos llegado a entender el verdadero poder del Nuevo Consumidor. Me explico.

Cuando se convierte en una mera moda, la llama explosiva de “Web 2.0” se desvirtúa en una falsa concepción de “colaboración” con el consumidor.

De repente, la idea predominante parece ser la de pedirles que se vuelquen en idear conceptos frescos, rodar nuestros vídeos y promocionar nuestras campañas. Parece ser que se les hayan agotado las ideas en las agencias de publicidad. Que el “Nuevo Consumidor” no tuviera nada más que hacer que pensar en nuestras marcas las 24h y rodar nuestros spots. A cambio de un iPod.

Ahora bien, no descarto la importancia de involucrar activamente al consumidor en la Nueva Publicidad. Es cierto que él y ella tienen papeles clave en su evolución. Seré el primero en confesar que dependemos de muchos blogueros para la difusión de nuestras campañas en la Red.

Pero insisto: esto no es la esencia, sino la moda. Escuchar al usuario es otra cosa completamente. Es cambiar el monólogo a un diálogo verdadero. Es invitarle a ser un partner de verdad y recompensarle por sus esfuerzos. Pensar de otra manera. Ser transparente, ético y respetuoso.

No es encargarles con todavía otro vídeo viral, basado en el mismo planteamiento y hasta los mismos premios de nuestra competencia. Si nos aprovechamos de los consumidores, tarde o temprano se quemarán.

Tarde o temprano, no contarán… con nosotros.
Créditos foto: Forest Runner en Flickr.com