Esperar a alguien durante casi una hora puede ser duro. Sobre todo, cuando te encuentras en una lista de espera interminable al mismo tiempo, en medio del meollo de uno de los locales taperos más populares de Barcelona.
Con todo respeto a Samuel Beckett, esto requiere casi el mismo grado de paciencia que su obra "
Waiting for Godot". Sólo que, ese día no esperaba al protagonista de su premiada obra, sino a
mi amigo Jeroni. De todas formas, este año de cambio y crisis nos enseña a
convertir todo percance en una oportunidad. El otro día puse esta máxima en práctica.
Aproveché el tiempo para algo que mi agenda atareada normalmente no me permite: OBSERVAR. Miré la gente entrando y saliendo, las parejas y familias encontrándose, los ligues en la barra (existosos y no):
cincuenta-y-pico minutos de pura antropología urbana.Y una vez más, llegué a la conclusión de que
la Publicidad convencional, tal y como mi generación la ha conocido,
está viviendo sus últimos momentos.Para empezar, cuando observas a personas reales, con necesidades reales, te das cuenta, y de manera sublime, de
la gloria y de la fragilidad del ser humano. Las personas (nuestros
targets) "allí fuera", no llegan a esta vida con un
service pack, ni abono, de
Photoshop que les permita retocar todos aquellos fallos que los hacen únicos.
Parafraseando
el famoso spot argentino de Coca-Cola, hay "gordos, flacos, ricos, pobres, feos, guapos, listos y tontos". ¡Cuán realidad tan diferente de los estereotípicos retratos que hacemos desde
nuestros rascacielos, mirándoles desde la enésima planta, como si de hormigas si tratase!
Y sin embargo, no son insectos aplastables, aunque los "Maestros del Universo" (sinónimo para muchos Brand Managers
Esade-izados que he conocido) los miren así.
Son personas que representan
el futuro de nuestros puestos de trabajo,
inspiran la innovación de nuestros productos y
determinan las tendencias que moldearán el futuro. (Si aún piensas que son tan manipulables,
meros títeres en manos como las del "
Diablo vestido de Prada"), te reto a que bajes mucho más a la calle. Y que no te sea una entrada terrorífica a tu propia
Calle 13 particular...
La Publicidad tradicional está en plena crisis creativa y estratégica, pero no porque se haya dado cuenta de estas verdades. No, no, no...
les falta algo mucho más importante. Les falta PASTA. Y esto les consterna.
De repente, "la televisión ya no es lo que era", la inversión británica en Marketing Digital supera la de la caja tonta y
los "targets" huyen de los Francotiradores de las Marcas, escondiéndose de sus "campañas" mercenarias dentro de redes sociales. O peor aún: se recrean (por millones) en
Mundos Virtuales 3D tipo Habbo Hotel, Second Life o PlayStation® Home.
¿La solución? Respetarles. Buscarles. Escucharles. Como en cualquier tertulia verdadera de amigos, como la que tuve con mi
amic catalán Jeroni.
Escuchándole, aprendí mucho. Nos quejamos y nos reímos del
capitalismo tonto. Me contaba que el país de Bután ha sido el primero en crear
el PIB nacional de la Felicidad (¡sin la ayuda de Coca-Cola!). Y concordamos en que un
Kit de Supervivencia(si existiese) para las empresas actuales sería sin duda el
Manifiesto de Cluetrain.
Si es que tienen la paciencia --y el tiempo-- para esperar.
Y aprender.