La Navidad tendría que ser la fiesta favorita de todo publicista.
Y no lo digo por los regalos, los turrones, ni por los presupuestos (y kilitos) hinchados de final de año.
Lo digo sencillamente por la historia en sí: es la mejor trama jamás escrita, un asombroso homenaje al poder de la Creatividad.
Cuando escuché a Luís Bassat hablar de la Creatividad, años atrás, me acuerdo cómo instó en que la Creatividad, en toda regla, ha de sorprendernos. Nos tiene que despertar. Sacudir. Seducir.
¿Acaso te produce este efecto el relato navideño? Lo dudo, sinceramente. Evidentemente no me refiero aquí a aquella mítica creación de los creativos de Coca-Cola, cuyo vestido rojo y mejillas joviales ha hechizado a medio mundo. Te hablo del Concepto Original, el guión ya casi olvidado: más insólito que
El Quinto Elemento, más original que El Señor de los Anillos.
Es un Secreto, el susurro de algo profético, épico. Una Gran Idea, envuelta en la debilidad, frágil y vulnerable. Y a pesar de ello, una magnífica Poesía que ni guerras ni dictaduras, ni campos de concentración han sido capaces de borrar de los corazones de millones de personas.
Los enemigos de esta Idea nunca han sido, ni son, únicamente los tiranos. Tampoco tienen toda la culpa los comerciantes y sus acólitos (o sea, nosotros). Lo que ha sido más capaz de diluir el poder creativo de la Historia de la Navidad ha sido la Religión misma.
¿Por qué? La respuesta es sencilla. La ha encasillado en una caja de oro pesada, cargada de joyas y ornamentos. Cuando, de verdad, es una Idea salvaje, indomable, impertinente, hasta… escandalosa. Es el anuncio del gran león Aslan quién – en palabras de su autor irlandés C.S. Lewis – “no es un león domable”. Al ser así, ¿cómo lo iba a ser Su Historia?
Siendo Creativ@, ya conocerás el misterio de tus propias ideas. Entonces, te animo a que descubras un lado de la Navidad que quizás desconoces, su lado más oculto...
Los científicos de nuestros tiempos lo buscan; corren detrás del Código. Ansiosos de encontrar la Llave al Universo, los mejores han sido capaces de penetrar nuestro propio script, el genoma humano. Dentro, han descubierto una parte del Secreto: somos Palabras, tú y yo … ‘meras’ cadenas de ‘letras’ genéticas: las A, C, G y T de nuestro ADN. ¿Lo sabías? ¿Te sorprende?
Entonces, te reto a que permitas que, la historia de la Navidad te sorprenda también. No es lo que pensabas conocer, ni mucho menos. Es Star Wars, 2001, Yo Robot y Second Life, “all-in-one”. Y mucho más:
El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Es la historia del Secreto más grande. El Aterrizaje. La Invasión.
La primera Navidad.
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